domingo, 6 de marzo de 2011

¿De dónde venimos? -Da igual, siempre hemos sido así...

¿Os imagináis que no tuviéramos números en nuestro idioma? ¿Que no contáramos con palabras para definir cada color? ¿Que no pudiéramos hablar sobre un pasado o futuro alternativos?

Por muy increíble que parezca, existe una cultura en la que se da este caso: el pueblo de los Pirahã, asentado junto a río Maici, afluente del Amazonas.

Allá por el año 1977, el evangelista Daniel Everett se propuso aprender el idioma de los Pirahã para transmitirles el mensaje de la religión cristiana y resultó más complicado de lo que creía. Para empezar, esta gente se negaba a aprender cualquier idioma extranjero, ni siquiera el portugués para poder comerciar con otros pueblos. Más tarde descubriría que simplemente piensan que las demás lenguas son incompatibles con la suya y con su cultura, “sus cabezas son diferentes”. Al Pirahã lo llaman el de “cabezas rectas” y los demás son de “cabezas torcidas”.

Son innumerables los rasgos llamativos que diferencian a esta lengua y cultura de las que conocemos, he aquí unos pocos ejemplos:
  • No tienen número gramatical, es decir, no solo no tienen palabras para contar, sino que no marcan el número en nombres, verbos, pronombres y demás. Ni siquiera hacen cuentas con los dedos (a los cuales llaman “palillos de la mano”), aunque sí gesticulan con otras partes del cuerpo, como la cabeza.
  • No hay términos para los colores tal y como nosotros los entendemos. 
  • El sistema fonético de sus mujeres es el más reducido del mundo, con siete consonantes y tres vocales, mientras que los hombres tienen tan solo una consonante más. Pero no solo se comunican por el habla, sino también cantando, silbando y tarareando. 
  • No tienen forma de pasado. 
  • Su sistema de parentescos es el más limitado que se ha registrado: solamente existen términos para referirse a familiares conocidos, nadie nunca se refiere a parientes que han muerto antes de que ellos nacieran. 
Quizá la singularidad que más me llama la atención de este pueblo es la importancia que le dan a la experiencia; para ellos lo que no existe, no necesita ser nombrado. ¿Para qué hablar de algo que no ves? Por ello tiene sentido que no inventen mitos ni historias. Cuando se les pregunta por la creación del mundo, simplemente responden que todo ha sido siempre como es ahora...

Estas “limitaciones” en la lengua Pirahã dan que pensar, ya que hay miles de temas de los que sencillamente no se puede hablar porque no hay con qué hacerlo. Puede que en este caso más que en ningún otro sea imposible hablar de su lengua sin hablar de su cultura puesto que, si no tienen el concepto en su cabeza, no necesitan palabras para nombrarlo. 

Durante su investigación, Daniel Everett trató de enseñarles conceptos básicos de matemáticas para que mejoraran sus relaciones comerciales; sin embargo, tras unos meses se interrumpieron las clases porque ninguno fue capaz de aprender a sumar ni contar. ¿Hasta qué punto influyen la cognición y la cultura en el lenguaje o viceversa? 

Los estudios realizados sobre los Pirahã los describen como una gente feliz, siempre sonriente y agradable. ¿Será porque no tienen la capacidad de complicarse la vida con historias como lo hacemos en las demás culturas? ¿Será porque no se preocupan por su futuro o pasado? ¿Será porque no necesitan nada que no tengan y valoran lo que ven?

Sea por lo que sea, a mí me tiene fascinada esta gente, sobre todo porque lo tienen mucho más fácil a la hora de aplicar el carpe diem.

4 comentarios:

  1. Síí!! Son muy majetes. http://www.youtube.com/watch?v=SHv3-U9VPAs&feature=related

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  2. A mi me encanta tu blog, Maria!!

    -Rachel Blonde

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  3. Muchas gracias, Rachel! Yo me he hecho fan del tuyo, que me gusta mucho también :)

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